First Baptist Church of Glenarden

LaRevista - Fall2017

Issue link: http://digital.corporatepress.com/i/886824

Contents of this Issue

Navigation

Page 21 of 47

Gracia La Revista | Otoño de 2017 20 "… Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia" (Jeremías 31:3). "¡Al infinito y más allá!" Esta frase se hizo famosa por el muñeco heroico guardan espacial llamado Buzz Lightyear de la película, "Toy Story." Cuando despegaba volando el gritaba esta frase memorable. Nosotros sabemos que significa, muy lejos―interminable. Que fácilmente se podría comparar con el amor de Dios para nosotros. Él nos ama "al infinito y más allá" ― una eternidad. de Su amor por nosotros a través de Su Palabra y que Él estará con nosotros donde sea que vayamos, ¿porque vivimos con temor? Tomando prestada otra frase de otra película famosa diré, "Houston, tenemos un problema," Un problema de fe. Es muy común huir de nuestros temores. ¿Y porque no deberíamos? Los temores no nos hacen sentir bien; nos dan miedo, nos miran hacia abajo, nos hablan mentiras y honestamente, nos pueden paralizar. Un temor viejo nos está impidiendo avanzar, prosperar y pasar al siguiente nivel. Sobre todo, el temor nos impide confiar en Dios. La Biblia nos dice que Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7). Su amor conquistó el sepulcro así mismo Su amor ha conquistado cualquier temor que podríamos enfrentar. Tenemos que confiar y creer. ¿Tú verdaderamente crees que Él está en Su trono? ¿Tú verdaderamente confías en El con todo? ¿O solo le confías con un poquito de tu vida? Tú tienes que llamar a ese temor por su nombre y mirarlo a los ojos. Entiendo, te ha estado intimidando desde hace mucho tiempo. Es como ese compañero de trabajo que solo ladra y no muerde. Todos estos años pensaste que eran como un perro pitbull con espuma saliendo de sus bocas, pero cuando te acercaste se convirtieron en un cachorrito Beagle. Como entrenadora, he ayudado a muchas personas a ir más allá del temor. La verdad es que hemos nacido con dos temores. El temor de caer y el temor a los ruidos fuertes. Eso significa que los demás temores han sido transmitidos, aprendidos o creados por nosotros mismos. Cuando estés enfrentando el temor pregúntate las siguientes preguntas: 1. ¿De dónde proviene? 2. ¿Tiene alguna verdad? 3. ¿Si tú no tuvieras este temor, qué harías diferente? 4. ¿Cómo puedes crear un ambiente donde el temor nunca vuelva a levantar su cabeza? Mira a nuestro Pastor John K. Jenkins Sr. Él a menudo nos predica sobre el temor. Él le tenía miedo a las alturas, así que aprendió a volar un avión. ¡Eso es coraje! Él siempre nos anima a correr hacia nuestros temores. Yo a menudo aconsejo a las personas que mantengan las cosas o sueños para sí mismos especialmente cuando están por hacer algo importante. Después que lo hables con tu compañero de oración, pastor y/o sabio consejero, tienes que mantenerlo callado. Cuando lo que haces es entre tú y Dios, nadie más necesita saberlo. Cuando alguien se da cuenta, podría diseccionarte, y hacer ciento y una preguntas al respecto, te ponen en duda y disparan un millón de agujero en ellos. Si Dios es tu fuente y ha plantado algo en ti, prometió hacerlo, y te dio instrucciones de como completar lo, ese es el final de la discusión. ¡No está para debate! No es necesario correr y pasar todo por nadie para hacerlos sentir cómodos con lo que Dios te dijo que hicieras. Si buscas la aprobación de ellos, estarías de regreso donde comenzaste, un prisionero del temor. Ya sea que quieran hacer bien o no, las personas pueden retrasarte y detenerte. Podría causar que pierdas de estar donde Dios te ha llamado estar. Obediencia y la medida Por Kenya S. Ulmer

Articles in this issue

view archives of First Baptist Church of Glenarden - LaRevista - Fall2017