First Baptist Church of Glenarden

LaRevista - Fall2017

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Gracia La Revista | Otoño de 2017 30 Después de la pérdida de un ser amado: El reloj marcaba las 12:10 p.m. La enfermera llegó y me llevo hacia lado y me dijo, "Señora McCann, Lo siento…" No escuche nada más después de esas palabras. Sentí como si estaba dentro de un túnel y mi mundo colapsaba a mí alrededor. Habían sido tan solo unas horas desde que yo había dejado a mi dulce, dulce bebé en la guardería mientras me fui a mi primer día de regreso al trabajo desde que él nació tres meses atrás. ¡Seguramente esta enfermera no me estaba diciendo que mi bebe se había ido! El primer día que lo dejó y ¿se ha ido? Atreves de la oscuridad que despaciosamente se apoderaba de mí, Pude ver a nuestra nueva niñera al otro lado de la sala de espera del hospital. Tal vez mis ojos le estaban disparando dagas a ella por que pude ver a mi amiga susurrarle antes de que ella saliera rápidamente del hospital. No volví a verla por mucho tiempo después de eso. Ella no se daba cuenta, que yo no podía albergar ningún sentimiento por ella en lo absoluto, mucho menos odio. Mi corazón estaba totalmente quebrado. Yo estaba llena hasta el borde de dolor; no podía odiarla, aunque lo hubiera intentado y Dios lo sabe, aunque quise odiarla. Mi bebe se había ido. Nada podía traerlo de regreso. Dolía mucho. Pensé, "¿Que padre debería tener que conocer este dolor?" Entonces pregunte, "¿Porque a mí, Señor?" Señor, ¿Puedes llevarme a mí también? No puedo estar en este mundo sin él. Todos van entender. Mis padres, mi esposo, mis amigos ―Ellos entenderán que esto era demasiado para mí. ¿Que hice para hacer que me odiaras Señor? ¡Acabo de empezar a ir a la iglesia ayer! ¿No cuenta en nada eso?" Mirando atrás hacia el día anterior― Yo no sabía que Dios me estaba preparando para los días por venir. Era un Domingo por la mañana y la nieve estaba cayendo pesadamente afuera. Miré hacia afuera por la ventana a la calle cubierta y carro sumergido en nieve y me dije a mi misma, "Quiero ir a la iglesia." No había ido a la Por Vilinda C. McCann SupervivenCIA Fue Entonces Cargue Cuando Yo Te

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